Ahora....como yo

Ponte una canción, cualquiera, no importa cuál sea el estilo, sólo tiene que hacerte vibrar ¿ya la tienes?...¡es el momento, cierra los ojos y disfruta! Curioso, ¿verdad?, lo que una sencilla combinación de sonidos y silencios puede provocarnos. Y por qué he empezado con esto, es sencillo, hoy hemos trabajado la música y como todo aprendizaje mejor si lo experimentamos ¿no creéis?

Así que se me ha ocurrido ¿por qué no convertirnos en una orquesta? y eso hemos hecho; hemos recordado los instrumentos: cómo suenan, cómo son, cuál es su nombre... organizado la posición de cada grupo y dado las pautas al director y músicos. Quería trabajar el sonido-silencio y, por tanto, la coordinación de los grupos individualmente no era primordial en esta actividad, prefiriendo centrarme así en la escucha activa, la paciencia y el trabajo en equipo.

¡Y MENUDA ACTUACIÓN! los directores se han venido arriba, sus caras estaban llenas de orgullo cuando sus músicos hacían caso a sus pautas y la frustración venía cuando esto no pasaba, curioso ver desde fuera como gestionan sus emociones... 

Pero todavía no hemos acabado, además hemos creado música con nuestro cuerpo. Para esta actividad he preferido usar una técnica que me enseñó un profesor de música "ahora...como yo", qué poder el de la imitación... hemos podido crear ritmos sencillos y comprobar cómo nuestro cuerpo también es capaz de crear sus propias composiciones musicales.  

Ah, por cierto, hoy es martes y 13, un número de lo más supersticioso para algunos, pero... ¿sabéis? sólo necesitamos 13 músculos para sonreír.